sábado, 3 de mayo de 2008

La Verdad del SIDA (Parte I)

Al hablar de VIH/SIDA, vienen a la mente varios focos de información: una enfermedad que puede transmitirse sexualmente, verticalmente (de madre a su hija, durante la gestación, durante el parto o durante la lactancia) o por utilizar material contaminado con sangre infectada o compartir agujas para inyectarse, tatuarse o para hacernos un piercing. Sabemos que hay tres formas de evitarlo: utilizar preservativo durante las relaciones sexuales, solicitar al médico que realice el test (más aún si se tuvo una relación sexual, o, en el caso de la mujer, haya quedado embarazada) y saber nuestro estado de salud y utilizar material descartable siempre.

Datos Relevantes:

El 60% de los afectados por el virus no lo sabe;
El 50% de las personas con VIH son diagnosticadas tardíamente y por ende pueden transmitirlo sin saberlo.
En la Argentina, cada vez más mujeres que tienen un solo compañero sexual se infectan con el virus del VIH/SIDA.

Para llevar adelante esta investigación se contactó con el doctor Carlos Alberto Palacios, quien está a cargo del Programa de VIH/SIDA de la Región Sanitaria Octava (Independencia y 11 de septiembre). Esta institución, no sólo es el referente de nuestra ciudad sino de otras 16. La mayoría de ésta localidades, ubicadas en zonas costeras, son altamente vulnerables al impacto epidemiológico del VIH/SIDA, debido a la inestabilidad que producen en ellas los movimientos turísticos. Desde éstas regiones se derivan infectados hacia el HIGA, que tiene más de 3.000 pacientes detectados con el virus.

A través de testeos realizados en diferentes lugares se calcula hay 20.000 personas VIH positivo que lo desconocen. Por año fallecen entre 30 y 40 pacientes portadores del virus; al mismo tiempo se atiende entre 250 y 300 nuevos infectados. Esto quiere decir que todos los días del año o, cada dos días, se detecta una persona afectada. La mayoría de éstos son heterosexuales, jóvenes de entre 17 y 30 años, mujeres, y personas de bajos ingresos económicos que no tienen acceso a la salud. La población femenina es quizá la más vulnerable ya que en una sociedad machista, para la mujer es difícil imponer sus decisiones.

En cuanto al adolescente el hecho de no cuidarse, tiene que ver con la sociedad y sobre todo con la parte psicológica; es una deuda pendiente que tienen los sistemas públicos de salud porque el adolescente cuando está padeciendo ansiedad o un cuadro de depresión, lo que hace es agredirse y una forma de lastimarse es no usar preservativo.

El Dr. Palacios ha demostrado gran preocupación y compromiso con la problemática del VIH y sus afectados, por este motivo se decidió entrevistarlo para que manifieste cuál es la relación que se puede entablar entre el especialista y el paciente en casos de infectología como éstos.

- Trato de entablar un vínculo muy particular con cada uno de los pacientes, orientándolos, aconsejándolos, no sólo en cuestiones que atañen a lo médico, sino también cuestiones que tienen que ver con sus problemáticas sociales. Se intenta además, hacerles entender que necesitan una red de contención familiar, o de amigos, pares o afines con quienes puedan expresarse de la manera en que no pueden hacerlo frente a sus seres queridos.

- Hace muchos años que estoy en este tema, lo cual suma en mí ciertas capacidades a las ya naturales, fortaleciéndome para la atención de este tipo de población tan discriminada socialmente. Los infectados no sólo sufren la enfermedad sino también su permanencia en este mundo que los niega; sufren por no poder contar que padecen la enfermedad, por miedo a ser segregados; hay de hecho ya muchos juicios por despidos de trabajo.

- Esta negación del infectado y de la enfermedad se puede observar en las campañas; ha sucedido que entregándole un preservativo a alguien mayor éste respondiera “No, no eso yo no”, como si fuese algo malo. Uno tiene que aprender a manejar estas situaciones, demostrando que el preservativo no necesariamente puede estar dirigido hacia la persona a la cual se le entrega, haciéndoles comprender que forma parte de una red de educación sexual y que la persona que lo recibe puede trasmitirlo a quienes le rodean – nietos por ejemplo -, convirtiendo este canje en una manera de evitar que otra persona se contagie.

-La negación de la problemática a veces también afecta a quienes descubren que la padecen: “esto no puede estar pasándome a mí, se equivocaron en el análisis”. Después viene la ira, la bronca, el miedo: “me voy a morir, se acaban mis proyectos, puedo contagiar a otra persona, no me voy a poder casar”. Son varias etapas hasta que la persona logra aceptarla y comprender que es sólo un virus con el cual puede convivir.

-La mayoría de las personas afectadas pasan por estas etapas. Yo siempre hablo con quienes recién se enteran que tienen VIH/SIDA; les digo que si uno pudiese elegir cualquier enfermedad igualmente optaría por el VIH, porque a pesar de la discriminación que se sufre es un virus que se puede dominar, depende del afectado, de tomar las pastillas, de mejorar la calidad de vida. El cáncer por ejemplo, no es una enfermedad que dependa del paciente; las drogas para tratarlo no suelen ser toleradas, la probabilidad de muerte siempre es alta.

-La vida del paciente infectado depende mucho del tratamiento de la problemática a tiempo, por eso se deben conocer los síntomas y las etapas en el desarrollo del virus. Una vez que éste ingresa en el cuerpo de la persona, esta puede tener alguna manifestación del virus, como fiebre, ganglios, una especie de hepatitis A, B o C, una cendomononucleosis, pero generalmente esta etapa pasa desapercibida, dura dos semanas, y, en ese momento, si se hace el análisis, sale negativo, pero contagia. Para que el análisis de positivo tiene que pasar como mínimo un mes de infección.

-La etapa asintomática, en donde la persona no siente absolutamente nada, puede durar 5, 10 o hasta 15 años, en los que la persona no se realiza un control porque se siente bien. Luego empieza el período sintomático, en el cual se presentan síntomas generales, de alarma, como diarrea o pérdida de peso; éstos suelen asociarse al estrés, el cansancio, o los malos hábitos.

-Después de los síntomas generales aparecen enfermedades que son las que dan el nombre al SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida). Se produce un descenso en las defensas del organismo, allanándole el camino a enfermedades oportunistas como el chagas, la toxoplasmosis, neumonía, hongos, cáncer a nivel uterino, culebrilla, linfoma, tuberculosis, etc. Cuando ocurre esto la persona deja de ser un portador, y pasa a tener el virus del SIDA.

-Finalmente, la última etapa es la del tratamiento, cuando la persona ya conoce su diagnóstico, comienza a tomar su medicación antirretroviral y logra subir las defensas lentamente y mejorar su condición física en poco tiempo.

-A través de las campañas realizadas durante la temporada de verano - en las que se incluyen más de 14.000 análisis – se detecta a la sífilis en el primer puesto del ranking. Esto indica que, al igual que el VIH, esta enfermedad de transmisión sexual, se propaga a causa de relaciones no protegidas con preservativo. Esta barrera debe usarse incluso entre pacientes afectados por el VIH, pues no hacerlo puede generar el contagio tanto de sífilis como de hepatitis B.

Los médicos a su vez, también tienen que tener ciertas precauciones. El entrevistado comenta que existen, a nivel mundial, normas de bioseguridad, y que en los hospitales hay un alto entrenamiento del personal de enfermería en las medidas de seguridad general.

-En Mar del Plata se llevan adelante campañas de prevención durante la temporada, en ellas el análisis de VIH es gratuito, anónimo y confidencial. El problema es que no se puede mantener una continuidad con el paciente porque no se cuenta con los recursos necesarios, no hay una política de prevención a nivel provincial o a nivel zonal. Cada municipio debería crear su propia política de prevención atendiendo a situaciones particulares que se presenten en cada región.

-Otro problema que se enfrenta es el del anonimato de la consulta, algo que dificulta el seguimiento de la persona, ya que ésta puede mentir al ofrecer ese tipo de información. La ley ordena actuar de esa manera, y creo que constituye una forma de discriminación. Tenemos que blanquear la situación, tanto el Estado como las organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, las obras sociales exigen ciertos datos a las personas en los que la ley se rompe. Esto me resulta un sin sentido.
Estamos frente a una problemática difícil de resolver. Argentina es un país en desarrollo, y los países desarrollados aún no han logrado disminuir la epidemia, sino solo algunos impactos sobre la población. El acto de repartir jeringas o preservativos puede ayudar a prevenir, pero no va lograr disminuir la cantidad de infectados. Aconsejo que todos y todas que se realicen el análisis, ya sea si mantienen relaciones sexuales o cualquier tipo de conducta en la cual se pueda haber infectado. Creo además, que cualquier doctor que reciba un embarazo tiene la obligación de ofrecer el estudio de VIH; ya que no hubo protección.

Los análisis voluntarios y gratuitos a través del Hospital General de Agudos, en el Hospital Materno Infantil, en la Municipalidad, ubicada en Colón esquina Salta, y en el INE (Instituto de Epidemiología).

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